-QUÉ DIFÍCIL ES SER HUMANO-

A la sombra de una vela danzante, cuando la brisa de un suspiro de despecho la hace bailar a ritmo frenético... ¿quien no ha reflexionado sobre el sentido de la palabra amor? ¿Quién no ha sentido nunca la necesidad de hacerlo? Un vocablo tan simple ... Y qué complejidad de formas!!!

Se me apetece extraña la noche, rellena de curvas metódicas, rutinarias, una de izquierdas y dos derechas, dos derechas y una de izquierdas, como el pesar que a todos nos corrompe cuando nuestro hermano desaparece para siempre en el olvido de los que nunca llegaron a nacer y quedaron atascados en el vientre de mamá. En aquellas entrañas que nacieron a su vez de otras, de la evolución del sistema incauto, irracional, animal. Pura metodología emocional.

Del amor nace el amor, de la rabia nace el amor, del despecho... nace la envidia. Y de la envidia no nace nada, sólo muere todo.

Y sin embargo la vida nos traiciona, y el amor todo lo mueve, incluso cuando a causa de éste uno se vuelve tan imbécil que ni el espejo se atreve a reflejar la cara de idiota que se nos queda... y tampoco los espejos escupen consejos cuando a la luz de otra vela deshecha uno se convierte en amante de una jeringuilla usada, deformada por el uso cotidiano.

Y ese amor siempre se desvanece, y aparece para desvanecerse en lo cotidiano, en la rutina que todo lo pudre, ... ahorita sí quedó el alma adormecida mientras las brasas que resquebrajaron mi razón llevándome al rincón donde reflexionan los recuerdos, descansa en paz, ignorando que dichas brasas no son sino sueños incandescentes que turban los sentimientos...

Y ya cuando la oscuridad lo cubre todo deshilachando un pequeño caminito blanco hacia el cielo, no hay manera de deshilachar también aquellos sentimientos que, como un ovillo de lana, quedaron atrancados en mi garganta.