-¿ME PREGUNTAS A MÍ?-

Cuando me apetece pregunto sin vergüenzas ni tapujos. Como los niños pequeños, de corazón, sinceramente.

La vida nos persigue y a menudo nos encuentra en posición intolerante, incómodos ante lo que se supone la felicidad eterna. Nunca me pregunté, como otros, el sentido sobre el que gira nuestra existencia, simplemente me limito a vivirla, sin prisas, consciente de que un día también me va a encontrar en alguna situación difícil y entonces, mirándome a los ojos me dirá: "Esto se acabó, amigo".

Anduve buscando el exilio en tierras lejanas, absorto en estúpidas ideas repletas de melancolía, me encontré diversas veces con el mensajero de tristes noticias, pero pasó de largo, odiándome por no acompañarle...

Y de vez en cuando cierro los ojos, cuando cae la noche, y pregunto, sinceramente, al cielo, a las estrellas, al cuarto menguante que vigila desde lo alto el acontecer de siglos de evolución malgastada, ... pregunto ¿por qué?