Las Moskas opinan:
Mucho ha llovido para el prolífico director mexicano Guillermo del Toro desde que debutara magistralmente en el mundo del cine con esta excelente película que, a lo largo del año 93, no dejó de cosechar premios, galardones y felicitaciones en todos
y cada uno de los Festivales a los que se presentó.
Quizás el aspecto del terror en esta cinta no quede más que en un segundo plano, en actor secundario de la melodramática situación que viven José Gris (Federico Luppi) y su nieta. Un minucioso examen de personalidades de los pocos personajes que aparecen en escena sirve para acentuar, quizás,
este drama personal de un hombre que, sin proponérselo se ve involucrado en una situación que le arruinará la vida. Muy al contrario del propósito de Dieter de la Guardia, perseverante anciano que busca poseer el artefacto del anticuario y conocer todos los secretos que esconde en su interior, lograr la vida eterna.
Desde el primer momento se adivina el oscuro mundo de personajes extraños que tanto gusta de utilizar al director en sus películas, mundo casi paranormal que con una acertadísima fotografía consigue también ese aspecto mugriento tan acorde a la historia y que nos acompaña en todo momento, hasta el final del film.
Cuidada hasta el mínimo detalle, más por parte de la psicología de los personajes que por el impacto visual, la historia se nos hace muy entretenida, los efectos especiales son muy correctos y la gran actuación de Federico Luppi hace que además sea verosímil, añadiendo humanidad a una película de que se intuye de vampiros. Y aunque el
final sea un poco facilón, tampoco deja de sorprendernos.
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