Así pues, los días 13 y 14 de marzo se celebró, como decíamos, el Speed Festival, en Castellar del Vallés, una población a 30 kilómetros de Barcelona que congregó a una multitud de espectadores entorno a un evento casi único por su calidad y organización. La unión de la Kustom Kulture desencadena en una amalgama de personajes variopinta, greasers descolocados, rockers, protopunks, psychobillies, heavys, y mucho "poser" flequero de nueva hornada.

Aunque a primera hora el intenso frío no invitaba a moverse demasiado y a seguir acurrucado junto al húmedo vapor de un café y una conversación a base de gruñidos, enseguida entraron en calor la mayoría de los asistentes. Muchos de ellos no sólo a base de reconstituyente de cafeína, sino por largos paseos entre los stands, exposiciones y demás eventos que la organización del Castellar Speed Festival había dispuesto en toda la superficie del recinto (tanto interior como exterior).

La afluencia de público fue escandalosa y no me atrevería a dictaminar una cifra por miedo de quedarme corto, y lo mismo en cuanto a vehículos (entre los expuestos y los de los propios asistentes). Joyas únicas dentro del mundo del motor clásico americano, hot rods, mustangs, corvettes, así como decenas de motos customizadas de estética increíble, algunas de ellas alejadas del mundanal y típico Show Bike, cosa que hoy en día es difícil de ver. También la asistencia de diversos clubs, motogrups y motoclubs se hizo evidente desde primera hora de la mañana y durante los dos días que duró el evento.

El Espai Tolrà, lugar escogido por la organización se quedó casi pequeño en las horas punta; cuando las exhibiciones de vehículos, carreras, freestyle, etc se anunciaban el público convertía la zona en un hervidero de gente ansiosa por no perderse un solo detalle sobre lo que acontecía en aquellos momentos.

Sin duda, de entre todas las carreras lo que despertó el interés de la gente fue la carrera organizada por la gente de AMCC: la carrera del 1/4 de milla. El olor de gasolina entremezclado con el de quemazón de goma sobre asfalto inundaba de toxicidad consentida los pulmones de los asistentes. Las aceleraciones, el ruido de los motores rugiendo como leones en celo y las exclamaciones de los asistentes en cada carrera ahogaban en algunos casos a la propia megafonía. Y es que no es para menos ya que en algunos casos los vehículos participantes eran leyendas vivas del mundo de los coches clásicos americanos.

Entre carrerar y carrera, exhibiciones y demás actividades, los stands ofrecían productos que pocas veces tenemos posibilidad de encontrar en otras ferias, festivales o concentraciones. Muchos productos custom de importación americana, así como ropa, accesorios, etc. Aunque lo que sin duda llamaba más la atención entre el público asistente eran los vehículos hotrod (algunos en venta) que exhibían como trofeos las casas importadoras de vehículos americanos.

En cuanto al mundo custom más próximo a nuestros intereses, es decir, las motos custom pudo verse de todo. Desde verdaderos churros con ruedas hasta algún original modelo customizado de larga horquilla, aunque la mayoría se estilizaban hacia el Bobber (no en vano es el icono más característico del ambiente hotrod de la kustom kulture).

Y aunque bien es cierto que son muchas las Harley Davidson y motos de estética custom que participan en este tipo de eventos, hemos de recordar que la mezcla de culturas y tribus que puebaln el panorama tyambién dan alas a cierta estirpe "mod" que customiza sus Vespas y Lambrettas hasta niveles insospechados, así como greasers en cochambrosos cacharros al estilo más Rat, algo que muchos jamás han entendido.

En todo momento el ambiente de este festival fue amenizado con música a cargo de varios DJ que ponían música a muchas de las imágenes que los artistas que se presentaron en el festival exponían en sus stands: aerografías, arte pinup, pinstripping, LowBrow Art en definitiva. Y las pinups invitadas fueron la nota de color que le faltaba al Speed Festival para rematar un evento casi perfecto y de un nivelazo muy difícil de superar.

El Bike show así como el Car Show fue bastante competido en varias de las categorías, nada que ver con los típicos Bike Shows que estamos acostumbrados a ver en diversas concentraciones (el nivel tampoco era excesivo en las motos presentadas).