Es innegable que los trikes o los mal llamados "trikers" por los garrulos de turno, son máquinas que levantan exceptación allá por donde van, sobretodo entre los profanos y vulnerables transeúntes que a todo bicho viviente con flecos le llaman "Harley". - He visto una Harley Drag Star, es la ostia!
Decía que estas máquinas recargadas de flecos, banderas, aerografías matonas y música a todo trapo son admiradas allá donde van, exclusivas (por la pasta que valen) y cuando gracias a una concentración como la de Palamós se reúnen más de 50 el asfalto echa a temblar.
El elevado coste de inscripción convierte a esta concentración en algo diferente que las demás, el ambiente es más relajado, sin pugnas de admiración por parte de motoclubs, un ambiente distendido y familiar que se respira en todo el recinto: el Camping King's de Palamós, un recinto con todos los servicios, piscina, restaurante, bolera, bungalows, etc y además a 200 metros de la playa. ¿Qué más se puede pedir? Para los alemanes y frances que se dieron cita
como cada año (desde hace 6 años) no se puede pedir nada más: sol, playa, fiesta y trikes.
La concentración europea de trikes de Palamós es una de las más largas dentro del panorama español de concentraciones, fiestas celebraciones, etc, ya que dura nada más y nada menos que 6 días. 6 días repletos de actividades, rutas, visitas turísticas, rutas por los bares, etc. El plato fuerte de la concentración empezó realmente el sábado que es cuando la gente empieza a llegar para inscribirse, comer y participar en la ruta hacia Platja d'Aro, población
que acogió a ritmo de música rock a todo el tropel de trikes y motos que venían de la ruta con destino al restaurante Can Jordi, donde les esperaba un pica-pica y unas cuantas cervezas amenizadas por una banda rock que hacía versiones de canciones de los Sotnes, Guns'n Roses, Gary Moore, etc.
Si hace unos años el "trikismo" era sinónimo de "frikismo" (y aún manteniéndose) ya no es exclusividad absoluta del mundo de los trikes ya que, como un cáncer, se ha ido extendiendo
en todo el mundo del custom de manera acelerada, y aquellos que se reían de los frikis ahora tienen que soportarlos en moto en cada una de las matinales y concentraciones que se suceden a lo largo de toda nuestra geografía, ya sea bailando country o agitando sus flecos al viento. Y al menos, en esta concentración country no hubo (y ya es mucho). |
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El domingo, el día con más asistencia de todas las concentraciones (el domingueo es lo que tiene), el lleno fue absoluto. Motos y trikes desfilaron por el Paseo Marítimo de Lloret para, en comitiva, dirigirse hacia el restaurante "La Masía" donde les esperaba una comilona pantagruélica amenizado con el show de cada año.
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