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Decir que se celebra la XIV edición de una concentración no es moco de pavo, eso significa que durante 14 años se ha sabido mantener un mínimo de nivel en la celebración de un evento para que la gente se anime año a año a asistir, pero eso no quiere decir que cada año haya ido superando al anterior. Ni mucho menos, y este, sin duda
ha sido un listoncito bajo que se lo salta cualquiera.
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Una concentración con la solera de Dofins no puede caer en la tentación del "querer ser y quedarse en", porque una cosa es montar una concentración con ánimo de pasarlo bien y tener a la gente contenta y otra muy distinta pretender hacer el negocio del año con los asistentes. Con eso quiero decir que está muy bien la cerveza a euro (de una de esas marcas imbebibles) y los bocatas a 3 euros,
pero si todo eso no lo acompañas de algo más, pues ¿qué quieres que te diga? Me suena a evento soso de cojones. Y si a esto le sumamos la cantidad de stands que ni pinchan ni cortan en la escena custom, que más que un selecto número de tiendas (como se hacía antaño) parece más el mercadillo de mi barrio, pues repito, me suena un poco a engaño. Ni siquiera la ruta para ir a ver los delfines (que es de donde viene el nombre de esta concentración), ni fiesta más allá de las 11 y media de la noche con la bebida agotada desde las 10...
Eso si, una gran afluencia de motos y asistentes para una concentración que va perdiendo gas año a año y que como no espabilen más que delfines, en años venideros ni las raspas vamos a ver. Esperemos que sepan rectificar a tiempo para el próximo año porque si no estos no llegan al XX Aniversario de su concentra ni hartos de vino.
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