A veces los acontecimientos vienen precipitados sin uno darse cuenta, simplemente aparece la ocasión y uno queda absorvido por dicha situación.

Así pues, estando con los cuates de Trike Group Rewaco en Tordera tomando unas chelas y más tarde una buena paella en uno de esos chiringuitos de la Costa Brava, se me apeteció acudir a la "Trobada Custom de la Peña Motera Cilindros Rebeldes" en Esplugues de Llobregat (y así de paso lueguito me acercaba a Barcelona). Hace ya un par de años que decidí no acudir a ningún tipo de concentración, salida o estupidez semejante, pero quizás el sol secó en parte mi cerebro y me hizo acudir a dicho evento (aunque quizás el vino y las cervezas también ayudaran sobremanera).

Así pues, con la paella y el vino en el estómago nos dirijimos raudos hacia Esplugues tres trikes y el menda (la puta madre como corren los trikes!). Mi novia iba dando cabezazos producto del sueño que traía de la noche anterior; y yo tampoco andaba muy decente...

La llegada fue un poco decepcionante por el poco número de motos participantes (Todo tipo de motos y todas con matrículas muy nuevas), pero poco a poco fueron acercándose más motos, igual de nuevas y en su mayoría Drag Star con millones de flecos, accesorios de plumas y, en pleno mes de julio, con sus ocupantes vestidos de cuero y botas camperas (siempre me ha hecho gracia este detalle).

La inscripción fueron 5 euros que daban derecho a bolsa conmemorativa con camiseta, dos cervezas, cena y dos conciertos. Bueno y la cerveza GRATIXX que te daban al llegar. Bueno, empezábamos bien pese al ambiente de "pureta" con sombrero de cowboy. Después de los juegos típicos y esas cosas pasamos al "circo" del paseo por Esplugues donde pude contar unas 50-70 motos aproximadamente, y como la cabalgata de reyes o rúa de Carnaval, nos fueron metiendo (con excelente organización, eso sí) por las calles de Esplugues para que sus habitantes pudieran contemplar lo subnormales que podemos llegar a ser los humanos cuando nos ponen una moto debajo de los huevos nomás. En fin, paseíto y otra cerveza en el mirador. Charla entre bastidores y risas, muchas risas admirando la elegancia natural de los amigos del Country, abueletes de hobby nada claro. Me metí otra cerveza pa no llorar por lo que se ha convertido el panorama custom de nuestro país.

De ahí nos llevaron de nuevo a otro punto de la ciudad donde nos tenían preparada más cerveza, sorteos, juegos de pareja, una botifarrada y un par de conciertos. Todo muy bien organizado, da gusto por esta gente a la cual no tengo el placer de conocer pese a que habían un montonazo de ellos. Más y más cerveza me hicieron perder la timidez y las formas y no pude reprimir unas MUCHAS risas al darme cuenta de que era el único guarro que hacía dos días que no me duchaba, cinco que no me afeitaba, dos que no me peinaba y que la ropa que llevaba hacía lo menos una semana que llevaba la misma. Bonito ambiente biker, sí señor, casi tan elitista como lo que se estaba celebrando en aquellos mismos momentos en Calafell: la chopper weekend nosequé.

El concierto bien, al menos era METAL y no el country dance line este que está tan de moda entre los yayetes que acuden a este tipo de eventos. A mí me gustó. Igual que las botifarras, la panceta y las judías con alioli. Y divertido también que cada uno tuviera que hacer su comida en unas brasas improvisadas. Una vez sentado en la mesa mi colega Salva volvió a traerme más cerveza y yo ya no sabía donde meterme, todavía tenía que regresarme a Barcelona y no veía la manera de hacerlo... Aún así, a las 9 y cuarto agarré la máquina y me largué.

Me hubiese gustado quedarme porque en el fondo estaba bien montado todo, concierto de Metal, buena compañía entre amigos, cervezas por un tubo... no faltó de nada, pero así es la vida compadres, me largué y acá uno finaliza el relato nomás.

Un evento curioso, muy bien organizado, BARATO y pequeño, sin ánimo de lucro por parte de Cilindros Rebeldes (al menos me dió esa impresión) y qué cojones! que valió la pena joder!