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- IIIº ARREJUNTAMIENTO ALCAÑIZ 2002 -
Mogollón de motos en el recinto
Una vez más, demostrando que Teruel existe, los amigos del HDC Aragón se encargaron de arrejuntarnos en Alcañiz. Quizás las fechas (primer finde de Agosto) hicieron que esta vez no se desbordaran las expectativas como todos esperábamos. Casi el mismo número de visitantes se acercaron de nuevo a ver qué ida de olla se les había ocurrido este año a los tipos estos... Según se decía fallaron casi 100 personas que prefirieron empezar sus vacaciones fuera del ambiente HD a pasar un fin de semana de juerga, alcohol y muy buen rollo. Aunque este año el precio se encareció bastante, en la bolseta de regalos había un mogollón de cervezas en tickets que compensaba la inversión. Camiseta pa las chicas y pañuelo charro pa los tios.
Junto a mi buen e inseparable colega Pedro salimos tranquilamente el sábado de mañanita... a la media hora nos encontramos con una caravana de cojones, la gente empezaba las vacaciones y cargaban hasta la jaula del periquito para chuparse horas y horas de interminables colas. En todo esto Pedro sacó una de sus famosas frases: "conozco un atajo". Mal, muy mal... pero llegamos, eso si... chupándonos casi 100 kms. de más. Al llegar, Marcos nos entró por la puerta de atrás para que pudiésemos comer. Con el hambre que traíamos arrasamos con la comida y algo de vino que encontramos por las mesas (el postre, peras, estaban más duras que la mollera de Aznar). Había una novedad importante, y es que el escenario estaba fuera, debajo de una gran carpa con una barra y birras a euro (que aprendan algunos).
Detalle de motor
Tras inscribirnos pudimos constatar que había menos gente que el año pasado ya que enseguida encontramos un lugar donde acampar, pese a ello no fue fácil dejar la moto lo cerca que cada cual quisiera. Los japos aparcaron dentro lo cual me gustó, no junto con las HD pero sí dentro del recinto. Mientras hacían los juegos y antes de dar la vuelta de rigor decidimos aprovechar y amortizar todos los tickets que nos dieron de cerveza válidos para los pubs de la zona (más que nada porque por la noche hay controles de alcoholemia por doquier). Con el pedo puesto tras un par de horas de beber decidimos volver justo cuando los que habían optado por dar la vuelta al ruedo ya regresaban al campamento. Evidentemente pasamos del rollo y, a toda velocidad, adelantamos al grupo no sin antes dedicarle un gesto hermoso con el dedo a Marcos (que iba de guía)...jajajaja... Una vez dentro nos dedicamos a observar las carreras de lentos, las carreteretas de burros y a hablar con la peña que de eso se trata. La cena no estuvo tan bien como el año pasado, quizás porque el estofado en pleno agosto... pues no entra. Pero el vino no faltó, eso sí. Repetir tanto como se quisiera.
Tras la cena saludos a los viejos colegas y a los nuevos y a ver como montaban los burros salvajes. Quizás por la borrachera, quizás por la fumada, o porque entre Pedro y yo no nos cansábamos de repetir: "no hay huevos"... el hecho es que aquí un servidor se hartó de montar en burro, de caerse, de joderse el culo contra el suelo y de estrellarse finalmente contra una valla. La aventura de la monta del burro salvaje acabó bastante mal, con Pedro y un servidor en el botiquín. Supongo que sirvió de algo porque la gente se reía un huevo, eso si. Junto a unas cervezas y unos cigarrillos acabó la noche mientras una banda estupenda interpretaba canciones para todos los gustos. Por la mañana el desayuno tardó demasiado en servirse por lo que la mayoría de la gente optó por desayunar en otro lado. Los efectos de la monta del burro y el alcohol habían dejado mella en mi cuerpo en forma de moratones y sangre reseca. Pese a ello el año que viene volveré a Alcañiz pero os juro que no para montar en nada que no sea mi moto...
La monta de burros salvajes

La borrachera se duerme así

Valoración= 7 sobre 10




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